Y hablando de torturas y de querer... creo que ya sabéis lo que quiero decir. Todo lo bueno que me ha aportado quererte lo han contrarrestado las lágrimas que me amargaban la tarde sin ni siquiera avisar. Pero si pudiera elegir entre nunca ser querida o serlo para acabar siendo olvidada... me quedo con la segunda aunque me quede sin pellizcos.
Dice mi profesor de filosofía que en tu vida solo existes tú. Los demás solo son figurantes en tu obra de teatro. ¿Desde cuando un figurante ha estado por encima del protagonista?
(Y entendí que dura mucho más la primavera al borde de tu espalda.)
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