No sé si me entendéis, y ese es mi gran problema. Que ni siquiera sé si alguien me lee, e igual estoy aquí haciendo el gilipollas intentando hacer ver la mierda o la alegría que va pasando por mi vida.
Porque sé que me invento momentos e incluso me invento razones por las que arriesgar. ¿Arriesgar por qué? Joder, que parezco tonta. Que a veces no hay nada por lo que arriesgar, porque los motivos y las palabras también caducan. Y eso es de lo que no nos damos cuenta. De que una simple frase no dura para siempre. Pero somos como kamikazes y siempre nos chocamos con lo mismo. Porque nos agarramos a algo que ni siquiera sabemos si es real, o nuestra manía de recordar las cosas como queremos lo ha cambiado un poco. Y aunque tú lo recuerdes nadie te garantiza que la otra persona sepa siquiera lo que sintió en ese tiempo en el que lo que le pareció una tontería a ti te
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