Seguidores

domingo, 27 de octubre de 2013

Llámalo sinceridad o no lo llames nada.

Hay días que me pongo más sincera o simplemente me doy más cuenta de todo lo que pasa a mi alrededor. Y digo y grito que estoy harta de dar todo y echarme las culpas por quien no valora ni un cuarto de lo que hago o pienso. Y me valoro más a mi que a quien me rodea y joder, eso me cuesta. Así que entenderéis que me sorprenda el día que lo hago.
He dado todo por quien no ha dado ni un poquito de toda su alegría por mí. Y si dijera que me arrepiento mentiría porque aunque me haya dado con un canto en los dientes lo he hecho porque lo he sentido y de eso no puede presumir todo el mundo.
He querido a quien me ha engañado y lo he entendido y perdonado aunque me matara por dentro porque cuando me importa alguien lo hace con todas sus consecuencias, que acaban siendo mías también. Y si dijera que no lo volvería a hacer también mentiría porque no cambiaría ni uno de los momentos de cada relación que he tenido. Ni siquiera las mentiras. 
Y aunque todos critiquen a quien tiene un poco de seguridad en quien es, he aprendido quien soy y quien debería ser. Y me quedo con lo primero.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Es como si llegaras al mundo con una caja de lápices. Tu caja puede ser de 8 ó de 16, pero lo que importa es lo que haces con los colores que te dan. No debe importar si coloreas fuera o dentro de las líneas. Yo coloreo fuera de la página, que no me limiten.