Tengo cientos de recuerdos y unas pocas manías que no me dejan dormir.
A veces hago recuento de lo que tengo y sonrío. Otras me da por llorar.
Puede que tenga suerte. Por apoyarme en quien me apoyo. Porque el destino me ha puesto a las mejores personas al lado.
Porque sé lo que es sonreír con una palabra. Y gracias, a quien sea que esté por ahí arriba, por haberme dado la oportunidad de conocer esa sensación.
Pero, ¿y todo lo que he perdido? ¿Y todo lo que no he llegado a ganar?
Luego miro las sonrisas que me acompañan y todo me parece un poco menos malo.
Sé que no soy fácil, que a veces manda huevos
(que aunque quiera no puedo dejarte de mirar).
Pierdo la paciencia en los tiempos de espera,
no puedo evitar ser a la vez la lija, y la seda.
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