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viernes, 3 de enero de 2014

Por no recordar.

Hace tiempo que el olvido,
acostumbrado a quedarse,
se pasea todos los días por los rincones de mi vida
recordándome a quien no recuerda lo que nos ata,
a quien no tira más del hilo
que alguien nos ató algún día.
Y el muy cabrón me ha mezclado las putadas
y a veces no sé quien me duele.
Dudo si lo que me encoge el pecho
es quien ya no está
o quien sigue en la puerta
sin entrar, pero sin irse.
Y a veces lloro más por rabia
que por dolor
y el dolor es un poco menos dolor
y la rabia un poco más orgullo.
He intentado olvidarme y solo he conseguido aprender
que no se olvida
pero a veces se puede no recordar.
Y yo como tonta intentando borrar olores
y sonrisas
cuando ni siquiera sé cual quiero hacer que desaparezca
o si en verdad quiero guardarlas
o yo qué se.
Qué coño voy a saber
si lo que no quieres entender
siempre dura toda una vida.

1 comentario:

Es como si llegaras al mundo con una caja de lápices. Tu caja puede ser de 8 ó de 16, pero lo que importa es lo que haces con los colores que te dan. No debe importar si coloreas fuera o dentro de las líneas. Yo coloreo fuera de la página, que no me limiten.